El Freedom of Mobility Forum publica las conclusiones de su primer debate

El 29 de marzo de 2023, el Foro de la Libertad de Movilidad celebró su primer debate digital en directo sobre el tema: "En un mundo descarbonizado, ¿será la libertad de movilidad asequible solo para unos pocos felices?".  Moderados por Cecilia Edwards, de Wavestone, seis panelistas -Måns Nilsson, del Instituto Medioambiental de Estocolmo en Suecia;  Yamina Saheb, analista de Política Energética de OpenExp en Argelia;  Temilade Salami, fundadora de EcoChampions, entidad miembro de la UNESCO, desde Nigeria;  Devesh Shah, del movimiento Grassroot Network for Women, de India; Carlos Tavares, CEO de Stellantis desde Portugal; y Benjamin Welle, de Integrated Transport and Innovation, de Estados Unidos- de diversas regiones de todo el mundo aportaron sus perspectivas sobre los hechos, retos y soluciones relacionados con el tema. 

Desde este foro remarcan que la movilidad es una necesidad humana básica, ya que permite a las personas acceder a oportunidades, empleo, alimentos, educación, servicios sanitarios y mucho más. Por ello, las infraestructuras, el transporte público y los vehículos son partes importantes de nuestros ecosistemas de movilidad. Sin embargo, el acceso mundial a la movilidad sigue siendo desigual. En 2021, las Naciones Unidas estimaron que más de 1.000 millones de personas no tenían acceso adecuado a una carretera para todo tipo de clima. 

En algunas de las zonas más pobres del mundo, el transporte público puede estar fuera del alcance de algunos, llegando a costarles el 20% de sus ingresos. Hoy en día, los sistemas de transporte existentes no sólo siguen siendo insuficientemente accesibles, sino que además son relativamente inseguros. La Organización Mundial de la Salud informa de que se producen alrededor de 1,3 millones de muertes en carretera al año y, en una región como África, es la primera causa de muerte entre los jóvenes, debido a la falta de sistemas de transporte público adecuados y de condiciones seguras para conducir, caminar y montar en bicicleta. 

El género también puede ser un factor de desigualdad en el acceso a la movilidad. Las mujeres tienen menos probabilidades de poseer un vehículo que los hombres en los países en desarrollo o subdesarrollados. Por lo tanto, son necesarias soluciones asequibles, accesibles e interoperables para garantizar que el mayor número de personas pueda experimentar la libertad de movilidad desde el punto A al punto B. 

La descarbonización, aunque no es una necesidad individual, es un imperativo global El transporte de personas y mercancías es el segundo mayor contribuyente a las emisiones globales de gases de efecto invernadero, sólo por detrás del sector de la electricidad y la calefacción. Este sector creció más rápido que cualquier otro sector de uso final entre 1990 y 2021 y se espera que siga creciendo en el futuro. La ciencia nos dice que la descarbonización es una necesidad mundial, con objetivos que exigen una reducción anual mínima del 3% de las emisiones totales de CO2 del transporte para 2030, según un informe de la AIE sobre el transporte. El Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático indica que las actividades humanas, principalmente a través de las emisiones de gases de efecto invernadero, ya han provocado un calentamiento de la temperatura global de la superficie de 1,1º C por encima de los niveles de 1850-1900(7), lo que demuestra que, para cumplir nuestros objetivos, debemos actuar de forma más agresiva en nuestras formas de vida. 

Las transformaciones en los patrones de movilidad deben incluir cambios tanto en los medios de transporte como en las fuentes de energía que se utilizan para alimentar los dispositivos de transporte, como, por ejemplo, el uso de energías limpias para la electrificación tanto de los coches individuales como del transporte público. Aunque sus retos varían ampliamente, tanto los países motorizados como los de renta baja y media se esfuerzan actualmente por conseguir un sistema de movilidad eléctrica compartida. 

En la actualidad, los esfuerzos mundiales tratan de eliminar progresivamente los vehículos con motor de combustión interna mediante nuevas normativas que se están introduciendo en varios países junto con incentivos financieros hacia los vehículos eléctricos. Sin embargo, la electrificación conlleva sus propios retos técnicos, medioambientales, sociales y financieros, incluida la cuestión de la reciclabilidad de las baterías, así como el precio y la disponibilidad de las materias primas. Una de las posibles direcciones podría ser apoyar la innovación en lugar de una solución única, para permitir, por ejemplo, el desarrollo de baterías más ligeras para equipar vehículos más asequibles que puedan acceder a una infraestructura de red de recarga más densa y, de este modo, limitar la ansiedad de autonomía. 

En los países en vías de motorización, el sector informal del transporte (formado por formas de transporte colectivo, proporcionadas por particulares o entidades privadas, que no son oficiales, no están organizadas ni reguladas legalmente y no cuentan con financiación pública) es clave para garantizar la accesibilidad y la asequibilidad, pero también es más difícil de abordar desde una perspectiva política. Objetivos globales y aplicación local son el camino a seguir para abordar tanto las necesidades individuales como el imperativo global Las soluciones a la descarbonización deben tener en cuenta las necesidades y realidades de los distintos países, regiones, grupos de edad, etc. Existen soluciones que pueden abordar tanto la descarbonización como la asequibilidad al mismo tiempo y que pueden permitirnos planificar de forma holística e inclusiva. 

Estas soluciones incluyen - una planificación y organización de la ciudad meditada para optimizar los desplazamientos de las personas - un transporte público reimaginado - la reducción del exceso de transporte - la creación de nuevos ecosistemas de movilidad - el fomento de la multimodalidad - un cambio meditado hacia la movilidad eléctrica. Se anima a las distintas partes interesadas a desarrollar colectivamente soluciones que incluyan las diferencias de perspectivas y necesidades que existen en todo el mundo, y a continuación permitan adaptaciones e implementaciones locales que atiendan a las necesidades de comunidades específicas, como las de las zonas rurales. Este planteamiento coincide con la evolución de los comportamientos y tendencias de los jóvenes, tanto en las sociedades occidentales como en el Sur Global, que desean poder elegir entre un amplio ecosistema de opciones que van más allá de la propiedad de un automóvil (autobuses, vehículos de tres ruedas, vehículos compartidos, uso compartido de vehículos, etc.).