​El Mercedes-Benz Vision EQXX viaja 1.202 km con una sola carga de batería

El Mercedes-Benz Vision EQXX bate su propio récord de eficiencia en conducción real con otro viaje de más de 1.000 km con una sola carga de batería. Tras su primer viaje desde Stuttgart a Cassis (Francia) en abril, en el que batió el primer récord, el vehículo de pruebas ha puesto el listón aún más alto con un viaje por carretera de 1.202 km desde Stuttgart a Silverstone (Reino Unido).

Tras superar un cierre de autopista y un exigente enlace por campo a través cerca de Stuttgart, el Vision EQXX cruzó la frontera francesa cerca de Estrasburgo y luego atravesó el norte de Francia a velocidades de autopista hasta Calais, donde embarcó en el Eurotúnel. Siguiendo su viaje por el Reino Unido, tomó la M25 alrededor de Londres y luego se detuvo en el Mercedes-Benz Grand Prix de Brackley. Allí le esperaban los expertos en Fórmula 1 y Fórmula E que ayudaron a desarrollar su avanzado tren motriz. A continuación, el Vision EQXX se dirigió a Silverstone, donde fue recibido por el piloto invitado Nyck de Vries.

El holandés, que compite en el equipo de Fórmula E de Mercedes-EQ, optó por no ir con tanta tranquilidad con el vehículo de investigación, llevándolo hasta su límite de velocidad máximo de 140 km/h en el emblemático circuito británico. Aprovechando la ocasión, completó 11 vueltas, utilizando la última carga en el pit lane. A lo largo del viaje por carretera, el Vision EQXX aprovechó su innovador sistema de gestión térmica para lograr un consumo medio de 8,3 kWh/100 km ante el intenso tráfico y las temperaturas veraniegas.

Además de probar la eficacia de las tecnologías de eficiencia eléctrica de Mercedes-Benz en una amplia gama de escenarios de tráfico reales, los viajes de larga distancia del Vision EQXX en carreteras públicas proporcionan a los expertos en I+D datos muy valiosos para el programa de desarrollo en curso.

La prueba de fuego del Vision EQXX llegó en abril de este año. En su primer viaje por carretera, en el que batió un récord, recorrió 1.008 kilómetros desde Stuttgart hasta Cassis, en la costa mediterránea francesa. Con temperaturas que oscilaron entre los fríos 3 y los primaverales 18 grados centígrados, completó ese viaje con un consumo de energía de 8,7 kWh/100 km y una autonomía restante a su llegada de unos 140 kilómetros. Pero una vez no es suficiente. Para demostrar la verdadera capacidad en el mundo real y llevar el desarrollo al siguiente nivel, el equipo de ingenieros está realizando una serie de viajes por carretera para probar la tecnología que sustenta el Vision EQXX en diferentes condiciones.

Esta vez, el perfil de la ruta no vino acompañado de temperaturas más bajas ni de los exigentes escenarios de uso y recuperación de energía que presentaban los Alpes. El principal reto de este viaje fueron las temperaturas veraniegas de hasta 30 grados centígrados, junto con una mayor densidad de tráfico en los alrededores de Stuttgart y en el sureste de Inglaterra. Sin embargo, el Vision EQXX resistió la prueba durante todo el trayecto gracias a su innovador sistema de gestión térmica.

La eficiencia de la unidad de propulsión eléctrica significa que sólo genera un mínimo de calor residual. Esto ayuda a que el sistema de gestión térmica sea extremadamente pequeño y ligero. La interacción minuciosamente diseñada de los filtros aéreos, las válvulas de refrigeración y las bombas garantiza que la unidad de propulsión eléctrica mantenga el equilibrio de temperatura más eficiente con un coste energético mínimo. Abarca una combinación de gestión innovadora del flujo de aire y una placa de refrigeración instalada en el suelo del vehículo, lo que le permite aprovechar el aire que fluye por la parte inferior del Vision EQXX. Esta es la forma más eficiente desde el punto de vista aerodinámico de mantener fría la unidad motriz eléctrica en condiciones normales, lo que permite un aumento de la autonomía de alrededor del dos por ciento en el modo más aerodinámico.

Las altas temperaturas ambientales y el tráfico de autopista con paradas obligaron a refrigerar el tren motriz eléctrico y el habitáculo de los pasajeros. Sin embargo, el sistema de refrigeración a la carta se encargó de todo ello sin afectar significativamente a la autonomía. La bomba de calor multifuente del Vision EQXX demostró ser muy eficiente a la hora de mantener fresca la temperatura del habitáculo en el caluroso verano. Durante las 14 horas y 30 minutos de conducción, el aire acondicionado estuvo en funcionamiento durante algo más de ocho horas, pero tuvo un impacto negativo mínimo en el consumo total de energía.

En la recta final hacia Silverstone, el Vision EQXX visitó la sede del equipo de Fórmula 1 Mercedes-AMG PETRONAS en Brackley, a unos 13 kilómetros al suroeste, donde recibió una entusiasta bienvenida del equipo de Mercedes-AMG HPP y Mercedes-Benz Grand Prix, que desempeñó un papel fundamental en su diseño. Trabajando mano a mano con el equipo de ingeniería de Stuttgart, los especialistas en Fórmula 1 y Fórmula E ayudaron a reducir las pérdidas del sistema en el tren motriz y a desarrollar un paquete de baterías completamente nuevo, compacto y ligero.

Tras un cambio de piloto, fue el director de Tecnología Avanzada de HPP, Adam Allsopp, quien se puso al volante para el tramo final hasta Silverstone. No se le olvidó la importancia del viaje al circuito que albergó el primer Gran Premio de Fórmula 1 en 1950: "Conducir este símbolo del futuro de la movilidad eléctrica hasta el lugar donde comenzó la historia de la Fórmula 1, y donde hemos visto y contribuido a algunas carreras icónicas de Fórmula 1, es personalmente muy especial. Completar el viaje de Stuttgart a Silverstone con una sola carga y con una eficiencia aún mayor es una prueba de los grandes avances en las tecnologías que sustentan nuestra estrategia de electrificación. La contribución realizada a lo largo de los años por el motorsport en Mercedes-Benz es significativa y nos hace sentirnos muy orgullosos", afirma Allsopp.

El piloto de Fórmula E de Mercedes-EQ, Nyck de Vries, esperaba en la pista para recibir el Vision EQXX. Este holandés de 27 años, que ha conseguido cuatro victorias en la Fórmula E en las dos últimas temporadas, tiene mucha experiencia en sacar hasta la última gota de eficiencia de un avanzado tren motriz eléctrico. Sin embargo, no fue fácil con el Vision EQXX, llevándolo a su velocidad máxima de 140 km/h en cada oportunidad que tuvo en el legendario asfalto. Tras 11 vueltas, el piloto se llevó la bandera a cuadros y agotó la última carga en el pit lane con 1.202 kilómetros en el reloj. "Ha sido un verdadero placer conducir el Vision EQXX. Sé de lo que es capaz este equipo, y ha sido un verdadero honor conducir un coche tan increíble en un circuito tan histórico", dice de Vries, añadiendo con una sonrisa: "Y puedo decir que el interior es definitivamente mucho más lujoso que el habitáculo de un coche de Fórmula E".