Advanced Factories apunta a la Inteligencia Artificial, la ciberseguridad y la descarbonización como los deberes pendientes de las pymes industriales españolas en el primer ‘Barómetro Advanced Factories sobre la Automatización y Robotización de la Industria Española’, encuesta realizada a los más de 27.000 directivos y profesionales asistentes a la última edición del evento.
Según los encuestados, la industria española necesita ponerse las pilas en cuanto a la aplicación de soluciones de Inteligencia Artificial en los procesos productivos. Actualmente, Estados Unidos, China y Japón se sitúan a la cabeza en el desarrollo de soluciones de IA. Una tecnología que marcará un antes y un después en la manufactura avanzada no solo por su capacidad de simular y predecir fallos en la producción, sino también por transformar la forma en que interactuamos con la tecnología y el lenguaje con la IA generativa y los LLM, abriendo nuevas posibilidades y mejorando la eficiencia en todas las áreas de un negocio, desde la fabricación, a las operaciones, la distribución y la venta.
En esta era de la conectividad, donde los sistemas de fabricación están interconectados y la gran mayoría de componentes que se fabrican contienen electrónica, proteger la línea de producción de una planta y sus sistemas de IT es clave para salvaguardar la producción. No obstante, este es todavía un reto pendiente para los CISOs de las empresas del sector industrial, que deben adaptar las estrategias de ciberseguridad con los procesos industriales y la forma de trabajar de los técnicos de mantenimiento.
Por otro lado, los profesionales industriales encuestados también señalan la descarbonización como otro de los deberes pendientes del sector, y que debe conseguirse de cara al año 2050 para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo. En este contexto, la industria española debe apostar por estrategias que les permitan fabricar de manera más sostenible y eficiente. Un punto en el cual el hidrógeno verde puede ser fundamental para substituir los combustibles fósiles y reducir los gases de efecto invernadero.
Según el Barómetro, la industria española consigue una puntuación de 6,5 sobre 10 en el grado de autonomía industrial. Una marca que se explica por las iniciativas impulsadas desde Europa y España en los últimos años para reindustrializar el territorio y conseguir autosuficiencia en la fabricación de activos clave como los microchips.
No obstante, para conseguir esta reindustrialización manteniendo los niveles de competitividad, es necesario automatizar y robotizar las fábricas. Dos puntos en los que la industria española progresa adecuadamente, aunque sigue siendo necesario acercar estas tecnologías a las pymes. En España, el 30% de los robots instalados son en el sector de la automoción, seguido del sector de la máquina-herramienta, y el de la alimentación y bebidas, según datos de la AER (Asociación Española de Robótica). Sin embargo, el grado de implementación de robots en las pymes industriales todavía se encuentra lejos del deseado. Para ello, desde Advanced Factories y la AER han impulsado el programa Robot Start PYME, cuyo objetivo es que cada pyme desrobotizada incorpore su primer equipo.
Ahora bien, para una integración exitosa de todos estos sistemas de automatización y robotización, es necesario que la figura del Plant Manager pase de ser un mero responsable de planta a formar parte de los comités de dirección, con el objetivo de que esta estrategia de transformación digital sea implementada en todas las áreas de la organización.
En este proceso de transformación de las plantas industriales hacia fábricas avanzadas, es necesaria también la modernización de los polígonos industriales. Desde su concepción tradicional de espacios que aglutinaban grandes fábricas medioambiental y acústicamente contaminantes, ahora se están transformando en áreas empresariales y en ecosistemas de innovación donde se genera el conocimiento, se desarrollan nuevas soluciones y se crean nuevos negocios. No obstante, encontramos todavía muchos polígonos industriales vacíos y poco modernizados. Para que se conviertan en ecosistemas que fomenten la competitividad industrial, es necesaria la colaboración público-privada para mejorar las infraestructuras y la conectividad de los polígonos industriales.
En definitiva, la industria española en todos sus segmentos se encuentra en un momento de profunda transformación, y lo vemos no solo en la industria manufacturera con la incorporación de la automatización, la robótica, la IA y las soluciones de la industria 4.0 en las plantas de producción. Sino también en las industrias tractoras de la economía española, como el proceso de electrificación del sector de la automoción, la industrialización de la construcción, la innovación y el llamado ‘foodtech’ en alimentación, o la transformación de la industria energética con la llegada del hidrógeno verde como nueva fuente de energía alternativa. Un cambio de paradigma impulsado por la innovación y la tecnología para conseguir el objetivo de ser más competitivos, eficientes y sostenibles.
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