Un arancel prolongado del 25% sobre las importaciones procedentes de México y Canadá, junto con otras tasas anunciadas por el Gobierno estadounidense sobre el acero y el aluminio, podrían tener un impacto multimillonario en las métricas de rentabilidad.
Desde el martes 4 de febrero, Estados Unidos ha impuesto aranceles del 10% a los productos chinos, lo que ha provocado represalias inmediatas por parte de Pekín, y se esperan más aranceles a algunos de los socios comerciales más cercanos del país, como Canadá y México.