AutoRevista.- En una entrevista de hace unos meses, me comentabas que no se podía entender la implantación de instalaciones de pintura en plantas de producción de vehículos en España sin hablar de DÜRR. Con una perspectiva de más de 30 años en la empresa, ¿cómo ha sido esta evolución?
Luis Echeveste.- DÜRR crea su filial española en 1974 para atender inicialmente a la construcción de la línea de pretratamiento y cataforesis de nueva planta de Ford en Valencia y cubrir la necesidad de contar con un socio. La compañía nación con el nombre de Vizcaíno Stein DÜRR y durante los últimos 49 años, con diferentes cambios de denominación, nos hemos dedicado a dar soporte a nuestros clientes en el desarrollo de sus factorías en España.
Entre mediados de los años 70 y principios de los 90, se hicieron los grandes proyectos. A partir de los años 90, hemos impulsado la automatización de las instalaciones de pintura y la optimización de sus recursos, así como la renovación de algunas líneas que habían quedado algo obsoletas.
En lo que respecta a mi experiencia desde mi incorporación a la compañía en 1991, al comienzo, las plantas de pintura eran semiautomáticas. Especialmente los procesos de imprimación, bases y barniz contaban con un alto de volumen de trabajo manual, en torno al 50%. La robotización de estos procesos ha sido la principal evolución, así como una apuesta decidida por la digitalización a todos los niveles.
AR.- ¿Cómo se inicia tu vocación hacia el mundo de la ingeniería que desembocó en el inicio de tu trayectoria profesional?
L.E.- Yo siempre he sido muy aficionado a ‘cacharrear’ Mi abuelo era relojero y cuando cerró el negocio, en mi casa había mucho material con el que experimentar, despiezando relojes, a lo que se unión que, en mi casa, siempre me han inculcado la cultura del esfuerzo. Creo que con estos mimbres tuve claro, desde los 15 años, que quería meterme en el mundo de la ingeniería. Me decanté por el campo de la electricidad y la electrónica porque pensaba que iban a ser las especialidades que iban a mover el mundo en el futuro y me parecía un nicho de trabajo más interesante. Al elegir entre las especialidades de Organización Industrial, Mecánica y Eléctrica y Electrónica, otra de las razones para elegir la última fue que me parecía la más retadora de las tres. Siempre me han gustado los desafíos.
Por otro lado, uno de los motivos por el que estudié ingeniería era el trato con la gente. Mi padre que trabajaba con ingenieros me lo comentó varias veces y al final descubres que, en nuestra actividad, el 80% de la problemática se puede suscitar en las personas y el resto en la técnica, por lo que el componente humano es muy importante.
AR.- Tras una formación como ingeniero eléctrico y electrónico, ¿qué puertas te abrió entrar en una empresa como DÜRR y cuáles han sido las claves para progresar hasta desempeñar cargos de alta responsabilidad en la organización?
L.E.- Cuando me incorporé a DÜRR, comprobé, como todos los titulados, que sólo se aplica una mínima parte de tu formación académica y dónde realmente te formas es en la compañía. En mi caso, tuve unos jefes de Proyecto que me ayudaron mucho desde el primer día y, posteriormente, directores que también me ayudaron mucho en mi crecimiento profesional.
Entré en la empresa por mediación de un amigo cuyo padre era director de Ingeniería en la compañía. Me dieron la oportunidad hace 32 años y he seguido en la empresa hasta hoy, aceptando todos los retos profesionales que se me han planteado.. Puedo decir que es la mejor en su especialidad y una de las mejores que conozco, tanto a nivel local como a nivel internacional.
AR.- En tu trayectoria abundan los proyectos internacionales con diferentes fabricantes de vehículos, ¿cómo ha influido esta dinámica en tu aprendizaje, dirección de equipos e interacción con los clientes y con los proveedores de DÜRR?
L.E.- Siempre me ha gustado el contacto, a través de las personas, con diferentes culturas tanto de empresas como geográficas, porque es distinto hacer un proyecto en Sudamérica que, en Marruecos, por ejemplo. Esa diversidad siempre ha sido algo que me ha atraído mucho, teniendo en cuenta que los problemas que te encuentras en las fábricas son los mismos con independencia del lugar del mundo en el que esté ubicada la factoría, aunque cada una tenga sus particularidades.
Siempre me ha gustado el contacto, a través de las personas, con diferentes culturas tanto de empresas como geográficas
AR.- ¿Cómo describirías tu experiencia a lo largo de más de tres décadas en DÜRR y cómo lo has aplicado en tu trabajo en la constante introducción de tecnologías que aumentaran la eficiencia, calidad, sostenibilidad y rentabilidad de los proyectos?
L.E.- En todo este tiempo ha sido fundamental la confianza, tanto en la organización interna como de cara a los clientes. Tienes que ser una persona predecible con el aseguramiento del cumplimiento de aquello a los que te comprometas tú y también tu equipo. Con los clientes, suelo emplear el símil de que cuando realizamos una mejora en su planta de pintura se ponen en las manos del mejor cirujano en una operación a corazón abierto. Es algo que siempre he fomentado en mis responsabilidades en DÜRR.
En la parte técnica, hablaría de dos tipos de proyectos. Por un lado, los greenfield, de gran complejidad, pero en los que se crea una instalación completamente nueva, y los brownfield, donde la complejidad reside en reformar plantas que ya están en funcionamiento. Para ello, es fundamental algo en lo que hemos hecho mucho hincapié y eso es contar con los mejores profesionales.
Por otro lado, desde hace unos tres o cuatro años se lleva hablando de sostenibilidad. Antes se refería al ahorro energético y de costes, mejora de eficiencia de las instalaciones y al control de emisiones de compuestos orgánicos volátiles (COV). Ahora la reducción de emisiones de CO2 ha pasado a ser el factor determinante. En este asunto estamos intentando guiar a nuestros clientes a optar por soluciones con el menor coste de inversión.
En sostenibilidad, estamos intentando guiar a nuestros clientes a optar por soluciones con el menor coste de inversión
AR.- Además de como proveedor industrial, ¿cómo es tu relación con el mundo del automóvil?
L.E.- Siempre he sido un apasionado de los automóviles tanto por estética como por la funcionalidad y tecnología. También por las posibilidades que ha dado al ser humano. El siglo XX se recordará por muchos avances tecnológicos o hitos como puede ser la llegada a la Luna, pero pienso que ha sido el siglo de la movilidad, tanto en coche, en avión u otro tipo de transporte, con la consiguiente libertad para las personas, generando grandes ahorros en tiempo. Por otro lado, estoy convencido de que hay que trabajar a fondo en la descarbonización, pero sin demonizar el automóvil, ni dejar fuera de las ciudades a vehículos que garanticen las menores emisiones.
AR.- ¿Cómo está influyendo la creciente electrificación de los vehículos en los requerimientos de aplicación de pintura?
L.E.- Nos está generando nuevas posibilidades de negocio por los refuerzos en la parte inferior de las carrocerías próximas a la ubicación de las baterías. Esto se está traduciendo en la necesidad de reformar o de crear nuevos hornos como es nuestro modelo EcoInCure. También nos abre un nuevo campo la descarbonización de los procesos industriales de las fábricas, en línea con la del producto, que va a generar un importante volumen de negocio en los próximos cinco años.
AR.- Has asumido la responsabilidad de la filial de Marruecos, ¿cómo está siendo la experiencia y cómo ves la evolución a futuro en un sector de automoción más pujante?
L.E.- La evolución de Marruecos como actor en automoción es apasionante. Aunque no teníamos presencia en la planta original de Renault de SOMACA en Casablanca, asumimos parte del proyector de la nueva factoría de Tánger, dando soporte financiero y legal desde España, y en el caso de la de Stellantis en Kenitra, se encargó una compañía del grupo a la que también dimos soporte. A nivel general, destacaría la política de apoyo y acompañamiento del Estado marroquí, a un sector que podría alcanzar el volumen de un millón de unidades de fabricación en el año 2030. Tenemos que aprender mucho de ellos en determinados aspectos.
AR.- ¿Cómo definirías tu estilo de gestión? ¿Cómo es la dinámica de trabajo con los equipos que diriges?
L.E.- Valoro mucho la puntualidad y demando que el equipo esté siempre un minuto antes de empezar el trabajo, en consonancia con el orden, factor que es esencial para trabajar en una industria como la de automoción. También la constancia, porque creo que hay mucha gente brillante en este negocio que es inconstante, siendo una de las razones por las que no progresan en sus organizaciones. Por otro lado, visión a largo plazo enfocada a la mejor continuidad del negocio y, cómo ya he dicho, a contar con los mejores profesionales, el mejor equipo humano y eso lo hemos logrado, aunque anteriormente también fuera de muy alto nivel, digamos que lo hemos perfeccionado. También hemos logrado una buena implantación en la que prima la cercanía a los clientes.
Hemos logrado contar con el mejor equipo humano, aunque anteriormente también fuera de muy alto nivel, digamos que lo hemos perfeccionado
AR.- ¿En más de 30 años de la compañía, qué te ha aportado una empresa como DÜRR y qué crees que has aportado a la compañía?
L.E.- Valores como la confianza, el trato, la proactividad se mantienen en el tiempo y en el caso de DÜRR España, creo que hemos sido pioneros en remarcar estos principios, algo muy valorado en nuestra casa matriz.
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