Nissan Qashqai, lujo en la clase media

Este SUV, segmento al alza y que acapara el mayor número de ventas eclipsando a los polivalentes o segmento C, obliga a las marcas a desarrollar SUV´s basados en este tamaño. El éxito de una marca, hoy en día, no se limita a desarrollar un vehículo atractivo de tipo SUV sino que además, tiene que cumplir con unas estrictas medidas antipolución. Atractivo y encanto este Qashqai lo tiene, lo miremos por fuera y lo miremos por dentro. 

El frontal se caracteriza por unos nuevos faros con el nuevo estilo de la marca y que también muchos coches japoneses adoptan hoy en día. Se centran en reducir el tamaño de los mismos, dando una sensación minimalista luminosamente hablando. Los faros frontales pierden fuerza, ganándola otros componentes como la rejilla con los bordes cromados o en logotipo de la marca. Esta reducción del tamaño de los faros no significa una menor iluminación. La tecnología LED permite estos avances, una capacidad lumínica superior a la vez que una calidad de la luz muy superior debido a que la temperatura de color se acerca mucho más a la luz natural. ¿Qué sucede con esto? Pues básicamente que los diseñadores pueden jugar más con el diseño de las formas para así dar más personalidad al vehículo y crear sensaciones diferentes.

Su perfil resulta muy agradable, destacando las ruedas de gran diámetro y sólo recurriendo a formas complejas en los pasos de rueda y en la parte inferior de las puertas. Esta proporción, aparentemente desmesurada de las ruedas, nos transmite, a primera vista, una sensación de robustez y seguridad fuera de toda duda. La cintura alta en línea ascendente. reduciendo el tamaño de las ventanillas traseras, acentúa esta sensación descrita. Sucede en muchos modelos que este rasgo estilístico conlleva una reducción de la iluminación interior en la parte trasera, desde la cual parece un coche más pequeño de lo que realmente es. 

En este Nissan, no se acusa especialmente y no es algo que me haya llamado la atención. En todo caso, el techo de cristal elimina cualquier atisbo de agobio, proporcionando una sensación de libertad total.  

En la trasera, tiene mucho protagonismo el parachoques con las inserciones en tono aluminio, a la vez que los faros de color rojo oscurecido. El capó trasero reserva un gran espacio para la matrícula en forma de una V invertida que, junto con el efecto de continuidad conseguido entre dicho capó y parachoques, consigue transmitir la misma sensación de fortaleza que se consigue en el lateral.

Interior de auténtico lujo

Cuando abrimos las puertas del Nissan, visualmente tenemos la sensación de estar ante un Premium al 100%. El acabado de nuestra unidad, de cuero natural, los guarnecidos en tonos oscuros y pespuntes en contraste, así como las finas inserciones interiores le confieren un aspecto de auténtico lujo, si bien, al tacto, algunos de los paneles y piezas, transmiten una sensación de poca solidez como, por ejemplo, en la consola central donde se ubica la palanca de cambios. Un aspecto muy relevante se encuentra en los ajustes de las puertas. El juego entre la carrocería y la puerta es mínimo, típico de modelos Premium de mayor nivel que este Nissan y sobre todo de mayor precio. Esto hace que los ruidos provenientes del aire apenas lleguen al interior.

Acceder al Qashqai no plantea problemas en las plazas delanteras, el hueco de la carrocería es amplio y la altura del asiento al suelo permite que una persona de estatura media, no tenga problemas para entrar y encontrar la posición de conducción adecuada gracias al asiento y el volante multirregulable. La visibilidad es buena y se agradece que los pilares delanteros no sean muy gruesos. En el cuadro de mandos todo está bien posicionado y organizado y tanto la lectura de la instrumentación como el accionamiento de los mandos se realiza sin dificultad y sin complicaciones de ningún tipo. Los retrovisores son de un tamaño generoso, lo que nos permite tener un campo de visión extenso y controlar la distancias respecto a las aceras para no golpearlas con las bonitas llantas en la maniobra de aparcamiento.

Las plazas traseras tienen el privilegio de tener unas puertas de apertura de 90º, como si de un furgón se tratase. Con ello por un lado tenemos más facilidad, sobre todo para salir y también, importante, si tenemos que ayudar a una persona mayor o con discapacidad para que se coloque el cinturón de seguridad o, si llevamos un niño pequeño y hay que colocarle en su sillita, sin duda esto es un punto muy a favor. El volumen de su maletero es de 507 litros de capacidad y, si abatimos los asientos, 1.447 litros.

Eco Motor

El Qashqai dispone de un motor de gasolina de 1,3 litros y 158 CV turboalimentado con una hibridación ligera. En el cigüeñal, existe una polea unida a un motor eléctrico que a su vez va unido a una batería. Cuando el motor funciona, el motor de gasolina arrasta al eléctrico que funciona en este caso como un generador de corriente y recarga una pequeña batería. Esta energía, cuando el motor de combustión demanda energía, se une y aporta 6 Nm de par extra lo que le ayuda a reducir el consumo, algo que, en un coche como este, es muy de agradecer, ya que por su peso y su tamaño, el consumo tiende a dispararse.

La verdad es que Nissan ha acertado porque los consumos, en nuestro recorrido de pruebas habitual, han estado en 6,5 litros cada 100 kilómetros en carretera y en ciudad han sido de 6,9 litros cada 100 km. Estas diferencias son muy pequeñas de un tipo de conducción a otra y de un tipo de trazado a otro, pero nos permiten ver la eficacia del sistema eléctrico de ayuda que, en las constantes arrancadas y paradas, regenera la energía suficiente para que al iniciar el movimiento, se eliminen los picos de consumo. Hay que decir también que una de las claves de estos consumos se halla en la ligereza del conjunto, puesto que multitud de paneles de la carrocería son de aluminio como el capó o las puertas estando su peso en vacío en 1.422 Kg cifra más que interesante para un coche de estas características.

La caja de cambios de siete velocidades tiene un funcionamiento suave y es del tipo de variador continuo. El paso por los distintos escalonamientos se hace de forma imperceptible si se practica una conducción normal. Si practicamos una conducción deportiva, en muchas ocasiones veremos que la gestión de la caja de cambios no hace lo que, en principio a nosotros nos parece que sería lo lógico, pero en ningún caso nos falla. Un punto a revisar es el accionamiento de cambio cuando vamos a velocidad extremadamente baja antes de parar, por ejemplo, en un semáforo. Aquí a veces se producen pequeños tirones pero que, si bien no son molestos, sí que oscurecen la buena percepción de todo el conjunto.

Mecánica sin complejos

Las suspensiones recurren a un McPherson delantero y a un eje de torsión en el tren trasero. En ambos casos cuentan con sus respectivos muelles, amortiguadores y barra estabilizadora delantera. Los frenos son de disco en las cuatro ruedas, ventilados los delanteros y, la dirección es de cremallera con asistencia eléctrica.

La carrocería ha mejorado un 41 % en torsión respecto a la anterior generación lo que, sin duda, se traduce en unas menores deformaciones de la carrocería y, en unas mejores cualidades dinámicas y unas percepciones desde el interior tanto para los pasajeros como para el conductor muy buenas, con una clara sensación de solidez.

La antesala del premium

Este coche, la verdad, que sorprende por muchas cosas. Tiene un comportamiento dinámico muy bueno, con unas características de conducción que agradan. Las suspensiones tienen un tacto firme, pero no duro ni seco que incomode. Filtran muy bien las irregularidades del firme, pero notamos que no hay flotación ninguna. En carretera de curvas, los balanceos son muy controlados ayudado por las ruedas de 20” con neumáticos de perfil 45 y una anchura de 235 mm, lo que hace que incluso en zonas reviradas podamos practicar una conducción racing sin que nos complique la vida innecesariamente. La dirección es precisa y ofrece una resistencia justa para que no se nos gire el volante involuntariamente y debamos ir haciendo correcciones constantemente. Los frenos responden a la perfección, y detienen el Qashqai sin complicaciones y con solvencia.

Aerodinámicamente es silencioso, en ciertas circunstancias se oye un ligero zumbido en la zona de los retrovisores, pero nos permite rodar a buena velocidad sin que la rumorosidad mecánica nos haga elevar la voz. El clima resuelve perfectamente las situaciones de calor y el llevar un techo de cristal panorámico, no implica que el habitáculo se convierta en una sauna.

Este Nissan es una opción muy válida como coche familiar por la polivalencia que ofrece, tanto de habitabilidad interior, como de confort y también en su utilización. Cierto es que no es un 4X4 y está muy lejos de serlo, aunque se puede pedir con tracción 4X4 pero, nos da juego para excursiones familiares campestres para llegar a sitios donde con una berlina, podríamos tener problemas.