De Dacia se ha escrito mucho, bueno, malo y regular, pero creo que a la hora de valorar, no es comparable con otros modelos de otras marcas que, por precio, son muy superiores. Por ello, debemos analizar este Spring a todos los niveles y nos daremos cuenta de que es una opción muy válida para el día a día en la ciudad.
Por fuera, este Spring nos deja intuir un pequeño SUV por las proporciones entre neumáticos y carrocería, así como por la altura y las barras del techo, pero, en ningún caso, tiene la altura de un SUV propiamente dicho como su hermano el Duster. Simplemente la altura de la carrocería es ligeramente más alta que otro turismo de su segmento para facilitar la entrada y salida del mismo. Las formas de la carrocería son sencillas y limpias sin pliegues muy marcados, todas formas suaves que, dado el enfoque urbano de este Dacia, en caso de tener que pasar por el chapista, supondrá menos horas de trabajo y una mayor facilidad de reparación.
La simplicidad intrínseca del modelo se rompe insertando unas molduras laterales decoradas en un llamativo color naranja así como con la pintura de los espejos retrovisores y parte de las barras de la baca del techo. Con una resolución tan simple, se consigue una imagen moderna y desenfadada. El parachoques delantero sí que tiene un diseño al estilo de cómo hacen muchas marcas ahora, integran, en este caso, parte de los grupos ópticos con unas formas rompedoras simulando debajo de los mismos una entrada de aire, dándole un toque deportivo y con mucha personalidad.
Subirse al Spring no plantea problemas en la parte delantera. Las puertas tienen una apertura de casi 90º lo que facilita el trabajo enormemente. En la parte trasera, el hueco de acceso es bastante más limitado tanto en longitud como en altura, aunque la apertura de las puertas también es amplia.
Una vez dentro, el espacio para cuatro pasajeros es correcto siempre y cuando los de las plazas traseras no tengan una estatura elevada, ya que el espacio longitudinal no es abundante. Igualmente, va un tanto ajustado en caso de acoger a una persona muy corpulenta. En trayectos cortos y situaciones puntuales podrían transportarse cinco pasajeros.
Los asientos son de un tapizado de imitación a cuero que, visualmente ofrecen una imagen atractiva. En cualquier caso, el asiento es cómodo si bien la sujeción lateral es baja, pero, no es importante en un coche con un enfoque 100% urbano. La regulación del mismo sólo es longitudinal con inclinación del respaldo y el volante no tiene ningún tipo de regulación. La posición de conducción implica una adaptación a las variables que nos ofrece el coche.
El maletero cuenta con una notable capacidad en relación al tamaño que tiene este Spring. La boca de carga está a una altura correcta si bien en anchura es pequeña. Los grupos ópticos monobloque instalados en la carrocería son los responsables de ello. Si estuvieran divididos donde una parte quedase en la carrocería y otra en el portón trasero, sería sin duda un punto muy a favor.
Un aspecto a revisar en el maletero es la ubicación de los elementos de carga de la batería. Como sucede en muchos coches eléctricos, no hay un hueco específico para alojar el cable y el cargador por lo que, o bien tenemos que ingeniárnoslas para ubicar estos elementos “donde podamos” o bien, dejarlos en el maletero y resignarnos a, cuando tengamos que cargar bolsas o maletas, reubicarlos constantemente. Yo, me las ingenié para ubicar el cable en el hueco de la rueda de repuesto, no sin antes ser extremadamente cuidadoso para no forzarlo y correr el riesgo de dañarlo.
Otro punto mejorable es la visibilidad trasera, sobre todo en diagonal. Los pilares C de la carrocería junto con el tamaño de los asientos delanteros reducen la visibilidad, a la hora de hacer un aparcamiento en línea, a la ventanilla trasera. Bien es verdad que los espejos ofrecen un campo visual excelente, pero, el volumen de la carrocería hace que también, la luminosidad interior no sea muy generosa.
La primera sensación que se tiene al subirse al Spring, es que hemos dado marcha atrás en el tiempo. Los mandos de la calefacción son de tipo ruleta y la disposición de los pocos botones que incorpora es dispersa por el salpicadero. No se ha incidido mucho en buscar formas atractivas, sino que se ha buscado un enfoque práctico y funcional. Lo único que le da un toque de modernidad es la pantalla multimedia con un navegador de funcionamiento simple pero efectivo. No dispone de demasiadas funciones y los menús en comparación a otros vehículos también de corte urbano.
La instrumentación, nos recuerda a los años 80 y 90 cuando los turismos empezaban a incorporar pantallas e instrumentación digital con vistosos juegos de luces. En nuestro Dacia, la cantidad de información transitar es muy clara y sencilla. La pantalla multifunción se maneja pulsando un botón que nos permite transitar por diferentes páginas con diferente información, donde podemos distinguir la que no es relevante.
También es significativa la sencillez de los plásticos y su ensamblaje. En muchos casos se aprecian los tornillos que sujetan elementos como el tablero de instrumentos y en otros, vemos que las juntas “podían ser más estrechas”. Lo que si se aprecia, o por lo menos el coche eso transmite, es que son sólidos y que no acusarán excesivamente el paso de los años. En cualquier caso, para las pretensiones del vehículo son correctos y contribuyen a la limpieza interior.
Nos han llamado la atención los seguros de las puertas. En las puertas delanteras, están eliminados, pero existe el alojamiento mientras que en las puertas traseras existen. Curioso cuando menos cuanto menos curioso. Algún detalle a mejorar se encuentra en los clips que sujetan los cordones de la bandeja trasera cuando abrimos el portón, que al retirar los cordones para extraer la bandeja y transformar nuestro Spring en una pequeña furgoneta, sucede que estos clips se salen, por lo que un sistema un poco más sólido sería bienvenido.
El Spring tiene un motor eléctrico de imanes permanentes de 45 CV de potencia que, para lo que estamos acostumbrados a ver, resulta un tanto escasa, incluso para coches utilitarios. La batería es de iones de litio de 27,4 Kwh de capacidad. Con esta combinación motriz y un conjunto de todo el vehículo que supera por 12 kg la tonelada del peso, se consiguen unos consumos muy reducidos, de hecho, en nuestro recorrido de pruebas, hemos establecido el record de coches eléctricos.
Las prestaciones puras, evidentemente son justas, pero para un uso urbano y realizar algún trayecto en carretera desde algún pueblo de la periferia de la urbe, es perfecto. No hacemos caravana, pero se mueve dignamente y con un consumo muy bajo. A nivel de comportamiento sucede lo que con las prestaciones, no es un coche para hacer un tramo de rally ni para hacer tandas en el Jarama, pero con una conducción que no supere los 100-110 Km/h no nos tiene por que plantear problemas.
Los frenos son de disco en el eje delantero y tambores en el trasero. La frenada es correcta ayudada por la regeneración que ofrecen los coches eléctricos. Si realizamos una frenada al límite, veremos que la frenada se alarga más de lo que debiera porque los neumáticos son de una medida excesivamente estrecha. Al tener poca superficie de contacto con la carretera, evidentemente, se necesitarán más intensidad de frenada para detenerse.
La dirección es suave de manejo y el radio de giro del coche es bajo, lo que unido a las reducidas dimensiones exteriores le convierten en un pequeño ratón en el tráfico urbano. Llama la atención el endurecimiento de la direccióncuando realizamos giros con el volante de forma enérgica. Las suspensiones son cómodas, tienen una dureza justa y el paso por bandas reductoras de velocidad o badenes no supone un castigo para nuestros riñones. Del mismo modo, pese a ser, proporcionalmente alto visto desde delante o desde detrás, apenas existen balanceos por lo que su conducción es agradable.
Este Spring es un coche espartano, pero para un uso eminentemente urbano, no necesitamos más. Los trayectos para ir a trabajar, a llevar a los niños al colegio, al súper… al cabo del día no suponen una centena de kilómetros. Bien es verdad que no tiene sofisticados dispositivos de ayuda a la conducción ni de cualquier otro tipo dirigido a crear una atmósfera de lujo, pero sí que incorpora dispositivos de seguridad activa y pasiva para cumplir la normativa existente por lo que no es un coche inseguro en absoluto.
Los consumos en ciudad están por debajo de los 9 Kwh/100Km lo que está muy bien, pudiendo, si las condiciones del tráfico lo permiten, bajar de los 7 Kwh/100 Km. Si necesitamos desplazarnos por carretera, los consumos están por debajo de los 12 Kwh/100 Km lo que pese a su reducida batería, le da una autonomía más que suficiente para ser un coche de uso diario. Por menos de 20.000 € se puede decir que no hay coches eléctricos o contadas excepciones. Este es una de esas excepciones para acceder a un vehículo eléctrico con el modelo en propiedad al que un alto porcentaje de clientes sigue habituado.
Prueba publicada en el número 2.370 de AutoRevista
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