La modularidad que usan todos los fabricantes a la hora de diseñar sus plataformas permite que con una base se cubran varios tipos de vehículos e incluso, realizando pequeñas transformaciones, subir o bajar de segmento. También, como consecuencia de las alianzas entre fabricantes, es posible encontrar una misma plataforma en otra marca con lo que, los costes y el tiempo de desarrollo se reducen. Todo ello permite presentar nuevos modelos cada relativamente poco tiempo. El Taigo derivado de un Polo y de hecho, se fabrica en la misma planta de Volkswagen Navarra, en Landaben, muy cerca de Pamplona.
La unidad cedida a AutoRevista equipaba un motor de un litro de cilindrada de 95 CV con caja de cambios manual de cinco velocidades y su equipamiento denominado Life, básico o de acceso. Exteriormente, presenta un diseño que encaja perfectamente con las tendencias actuales de los SUV tipo coupe con la parte trasera fuertemente inclinada. Por su altura y proporciones, es difícil pensar que está derivado de un Polo, ya que la sensación que transmite es de que estamos ante un coche totalmente diferente, de un segmento y tamaño superior. Tiene cintura alta, pasos de rueda ensanchados y molduras en los mismos que aumentan la sensación de anchura.
La accesibilidad es buena en las plazas delanteras es excelente tanto por la amplitud de las puertas como por la altura del coche que no nos obliga a ninguna postura incómoda. Por el contrario, en la parte trasera, la accesibilidad se reduce. El diseño del techo hace que la altura de la puerta trasera sea más estrecha y puede conllevar alguna limitación de movimientos.
El maletero tiene una capacidad muy generosa para el tipo de modelo y, sobre todo, tiene formas muy regulares a la vez que es modulable, ya que el piso del mismo se puede regular a dos alturas. A mayores, se pueden abatir los asientos en configuración 1/3-2/3 con lo que adopta la habitabilidad con dimensiones similares una pequeña furgoneta. La boca de carga es excelente, el portón se levanta mucho y permite que realicemos las operaciones de carga y descarga sin riesgo que le golpeemos con nuestra cabeza.
Una vez en el interior, nos encontramos ante un coche que perfectamente puede ser el de uso diario y familiar. Longitudinalmente dispone de espacio suficiente en el habitáculo incluso para que los ocupantes de las plazas traseras no se sientan encajados. La posición de los asientos es muy adecuada y la espuma de los mismos proporciona suavidad, lo que junto con la suspensión con cierto grado de firmeza consigue un confort razonable sin que nuestro cuerpo se resienta.
Desde el puesto de conducción, la visibilidad resulta amplia, tanto la instrumentación y mandos como nuestro entorno frontal y lateralmente quedando penalizada la visibilidad trasera. La poca altura del cristal trasero así como unos pilares C relativamente gruesos, hacen que en esta parte del vehículo sea un poco crítica. Esta limitación queda suplida por unos espejos retrovisores de buen tamaño que a la hora de maniobrar o realizar un desplazamiento lateral, nos informan de lo que tenemos a nuestro alrededor. La disponibilidad de cámara de visión trasera solventa cualquier posible problema.
La estructura del salpicadero transmite visualmente solidez. El ajuste de todas estas piezas es correcto y el acabado superficial rugoso disimula si hay algo de polvo. Al tacto, resulta agradable si bien, un acabado superficial acolchado le haría ganar más puntos. La disposición de los botones en el cuadro de mandos así como la instrumentación permite tanto un fácil accionamiento como una fiable visibilidad de los mismos. La instrumentación resulta sencilla, pero efectiva. La pantalla multifunción no recoge demasiados menús y opciones sino que se centra en lo esencial, aspecto que es de agradecer, ya que hay modelos donde los menús se caracterizan por una complejidad excesiva a la hora de buscar la información necesaria.
En la consola central podemos encontrar un pequeño cajón-bandeja para dejar el móvil así como dos conectores USB-C donde conectar nuestro móvil. Otro detalle curioso pero práctico es la guantera, tiene un tamaño correcto para guardar cómodamente la documentación pero, en su parte superior presenta unas ranuras para guardar unas tarjetas de crédito y unas monedas o fichas para los carros del supermercado.
Volkswagen hace algún que otro guiño al Golf en este Taigo, pero hemos de tener claro que quien busque ese espíritu en este coche va a encontrar una impresión diferente. Tampoco, al menos en esta versión y con esta motorización es el coche ideal para “ir de tramos”. Que no tenga toque deportivo no quiere decir que sea un coche aburrido de conducir o que transmita sensaciones de ser pesado, ni mucho menos. Simplemente se trata de un coche para un uso cotidiano, con un equilibrio bueno entre prestaciones, consumos, comportamiento y equipamiento.
No destaca especialmente en nada, pero se defiende muy bien en todas las facetas, no es ruidoso el motor y es agradable de funcionamiento si bien, la baja cilindrada de 1,0 litros y los tres cilindros se notan a la hora de recuperar desde bajas vueltas lo que nos obliga a reducir y subirlo de revoluciones. También a la hora de acelerar fuerte se le nota una cierta pereza, pero, una vez que coge carrera, a su nivel, se mueve bien.
A nivel de aislamientos responde adecuadamente, pues estos revestimientos cumplen correctamente con su cometido e incluso con el ruido de rodadura, que apenas es audible en el interior. Un punto a mejorar puede estar en el ruido del aire en la zona de las ventanillas de las puertas delanteras, probablemente pueda ser por que en estas puertas, sólo existe un burlete de goma en la carrocería. No es que sea molesto lo más mínimo pero sí que ensombrece las buenas impresiones en este sentido que transmite el motor.
La estabilidad se percibe en todo momento. Se muestra muy progresivo de reacciones en las curvas cuando se le pone a prueba y no nos va a poner en aprietos ante un descuido. La suspensión es firme pero no seca ni dura, equilibra bien las oscilaciones y los balanceos y hace que su rodar sea muy cómodo. La dirección transmite buenas sensaciones y nos tiene informados de lo que pasa entre las ruedas y la carretera. Los frenos, responden bien, si bien, este modelo dispone de frenos de tambor en las ruedas traseras. En la prueba no nos hemos visto comprometidos por esta circunstancia pero, a día de hoy, los discos en todas las ruedas, deberían formar parte del equipo de serie de todos los modelos.
Los consumos se ajustan a lo esperado, tanto en ciudad como en carretera. No es un coche pesado, 1220 kg lo que sin duda le ayuda, conformándose con 4,9 litros cada 100 km en carretera y 5,4 litros cada 100 km en ciudad. La clave de este bajo consumo en ciudad es lo largo de sus desarrollos del cambio en marchas cortas que hacen que vaya bajo de revoluciones y practicar una conducción eficiente y un poco racional, sin llevar la técnica al límite. Con eso, es más que suficiente para no tener que pasar por la gasolinera con mucha frecuencia.
El Taigo reúne todas las cualidades para ser un modelo apto para diferentes segmentos de edad, tanto jóvenes como no tan jóvenes y para todas las situaciones familiares. Como coche familiar, cumple perfectamente, para una pareja joven o ya entrada en años también, para un soltero o soltera perfecto ya que muestra una polivalencia que, salvo causa de fuerza mayor, no necesitaríamos tener un segundo coche. Como he dicho, para practicar una conducción tranquila es perfecto y para nuestra actividad cotidiana y de fin de semana también e incluso para irnos de vacaciones por su gran capacidad de maletero y su posibilidad de abatir los asientos.
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