La postura discordante del mayor productor europeo de automóviles respecto a la continuidad de vehículos de propulsión térmicas después de 2035, con combustibles neutros, cuestiona la electrificación total de la industria de automoción en el Viejo Continente. Lo deseable, la eliminación completa de emisiones en un horizonte de 12 años choca con una realidad que, no gestionada adecuadamente, puede suponer un mazazo de consecuencias difícilmente cuantificables para la economía de la Unión Europea.
Las directrices europeas han llevado a la industria continental, tanto fabricantes de vehículos como de componentes, a una frenética carrera por adecuar sus productos y sus procesos para ofertar al mercado modelos eléctricos e híbridos a la mayor escala posible. La pregunta es si este acelerado esfuerzo de transformación se va a alinear con una respuesta de la demanda, teniendo en cuenta precios finales, convencimiento de la elección del producto e infraestructuras suficientes.
La reacción ante el mantenimiento de motores de combustión altamente eficiente con combustibles respetuosos al máximo con el medio ambiente ha tenido forzosamente que salir a relucir. Y lo hace generando otro panorama de distorsión que ya se manifestaba ante la prohibición de los híbridos y la reacción de la industria antes nuevas normativas altamente restrictivas como la Euro 7.
En este contexto, durante el mes de marzo, las asociaciones sectoriales europeas han alzado su voz ante los riesgos claros de pérdida de competitividad de la industria europea en plena transformación y en desventaja tecnológica en elementos clave de la propulsión eléctrica, especialmente frente a los competidores chinos. Los modelos procedentes de nuevas marcas con bandera del gigante asiático van creciendo inexorablemente en penetración en los diferentes mercados europeos.
La rendija que se abre a una posible continuidad de modelos de combustión interna que debería extenderse, por lógica, a los modelos híbridos, parece un argumento razonable a la de mantener el status de la industria europea
Volviendo a la vertiente industrial, la rendija que se abre a una posible continuidad de modelos de combustión interna que debería extenderse, por lógica, a los modelos híbridos, parece un argumento razonable a la de mantener el status de la industria europea. La evolución a la fabricación de eléctricos ya anticipaba efectos de reducción de empleo (esto no ha supuesto ninguna novedad), pero si parece sensato no cerrar opciones de viabilidad más allá de 2035.
Por otro lado, respecto a los nuevos mercados en crecimiento en Europa Oriental, Norte de África u Oriente Medio, por citar algunos, ¿estarían preparados a medio plazo para ser receptores de modelos eléctricos fabricados en países tradicionalmente netamente exportadores? Y si analizamos la situación de un mercado como el español, con un parque extremadamente avejentado, ¿qué expectativas de matriculaciones puede generarse en los próximos años?
Las reiteradas llamadas de atención de los portavoces europeos de una industria que aporta riqueza y empleo cualificado y de calidad deben ser tenidas en cuenta para la evolución sostenible de un sector esencial en la economía europea. El camino hacia la electrificación no tiene vuelta atrás, pero lo deseable, la tendencia ineludible hacia un mundo limpio y sostenible, del que la UE es ejemplo, debe hacerse de acuerdo a parámetros realistas y que no ponga en riesgo la competitividad del sector.
De la mano de alrededor de 400 firmas expositoras, tanto nacionales como internacionales, los profesionales asistentes al encuentro podrán adentrarse en un completo recorrido por la fabricación avanzada.
A medida que Europa acelera su transición hacia un transporte por carretera neutro desde el punto de vista climático, ACEA y Eurelectric piden conjuntamente a los responsables políticos dar prioridad a la preparación de la red para la infraestructura de recarga de vehículos pesados.
Ford ha lanzado el nuevo el Puma Gen-E, el último miembro de la gama de vehículos eléctricos de la firma, introduciendo con ello la conducción cero emisiones en el vehículo más vendido de la marca en Europa.
Los Nuevos Citroën C4 y C4 X, fabricados en la planta de Stellantis Madrid, llegan con un rediseño de los asientos Citroën Advanced Comfort y un nuevo cuadro de instrumentos.
La futura planta del Grupo BMW de Debrecen (Hungría) está en la recta final, ya que la puesta en marcha de la línea de montaje ve cómo cobra vida el corazón de la planta.