A tan solo 15 semanas para que finalice el período transitorio del Brexit, los líderes de la industria de automoción europea han aunado hoy esfuerzos para demandar a la UE y al Reino Unido que garanticen un acuerdo de libre comercio ambicioso sin más demora. Las partes negociadoras deben emplear ya todos los medios necesarios para evitar un "no acuerdo" al final de la transición, lo que, según nuevas estimaciones, le costaría al sector europeo de la automoción unos 110.000 millones de euros en operaciones comerciales perdidas en los próximos cinco años, poniendo en riesgo puestos de trabajo en un sector que crea y mantiene 14,6 millones de empleos, lo que representa uno de cada 15 puestos de trabajo en la UE.
Las principales organizaciones que representan a los fabricantes de vehículos y componentes en toda la UE, la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y la Asociación Europea de Proveedores de Automoción (CLEPA), junto con 21 asociaciones nacionales, entre ellas la Sociedad de Fabricantes y Comercializadores de Automóviles de Reino Unido (SMMT), la Asociación Alemana de la Industria automotriz (VDA), el Comité de Fabricantes Franceses de Automóviles (CCFA), la Asociación Francesa de la Industria de Automoción (PFA) y la Asociación Española de Proveedores de Automoción (SERNAUTO), o sus homólogas en Portugal (AFIA y ANFIA) advierten que el sector podría enfrentarse a graves repercusiones.
De hecho, las economías y los puestos de trabajo de ambos lados del canal corren el riesgo de sufrir un segundo golpe devastador en forma de “no acuerdo” por encima de la producción perdida en lo que va de año, de unos 100.000 millones de euros, debido a la crisis del coronavirus . Sin un acuerdo en vigor para el 31 de diciembre, ambas partes se verían obligadas a mantener relaciones comerciales bajo las normas no preferenciales de la Organización Mundial del Comercio (OMC), incluyendo un arancel del 10% para los automóviles y de hasta el 22% para las furgonetas y camiones . Estos aranceles, muy superiores a los pequeños márgenes de la mayoría de los fabricantes, casi con toda seguridad tendrían que ser repercutidos en los consumidores, encareciendo el precio de los vehículos, reduciendo las opciones e impactando en la demanda. Además, los fabricantes de piezas y componentes para automoción se verán afectados por los aranceles.
Esto aumentará el precio de la producción o dará lugar a un mayor número de importaciones de piezas de otros países de fuera de la UE, que serán más competitivos. Antes de que estallase la crisis del coronavirus, la producción de vehículos de motor de la UE y el Reino Unido rondaba los 18,5 millones de unidades al año. Este año el sector ya ha perdido unos 3,6 millones de vehículos debido a la pandemia . Nuevas estimaciones indican que, en el caso de los automóviles y las furgonetas, la reducción de la demanda ocasionada por el arancel de la OMC del 10% podría suponer un descenso de producción en las fábricas de la UE y del Reino Unido de unos tres millones de vehículos en los próximos cinco años, con pérdidas por valor de 52.800 millones de euros a las plantas del Reino Unido y de 57.700 millones de euros a las de toda la UE.
Los proveedores también sufrirían estos cambios. Esta doble pérdida comercial perjudicaría gravemente los ingresos de un sector que es uno de los activos más valiosos de Europa, empleando a millones de personas y generando prosperidad compartida por todos, con un superávit comercial combinado de 74.000 millones de euros con el resto del mundo en 2019. En conjunto, el sector de la automoción de la UE-27 y el Reino Unido es responsable del 20% de la producción mundial de vehículos de motor e invierte unos 60.800 millones de euros en innovación cada año, lo que lo convierte en el mayor inversor en I+D de Europa .
Alcanzar un acuerdo de libre comercio UE-Reino Unido ambicioso con disposiciones específicas para la automoción es fundamental para el éxito futuro de la industria automovilística europea. Cualquier acuerdo debería incluir cuotas y aranceles cero, normas de origen apropiadas para vehículos tanto con motor de combustión interna como con sistemas alternativos de propulsión, además de componentes y sistemas de propulsión, y un marco para evitar divergencias regulatorias. Fundamentalmente, las empresas necesitan información detallada sobre las condiciones comerciales acordadas a las que se enfrentarán a partir del 1 de enero de 2021 para realizar los preparativos finales. Esto, combinado con un apoyo específico y un período de introducción gradual adecuado que permita un mayor uso de materiales extranjeros durante un período limitado de tiempo, garantizará que las empresas puedan hacer frente al final del período de transición.
Erik-Mark Huitema, director general de ACEA, ha declarado que "los desafíos para la industria de automoción de la UE son importantes: debemos contar con un acuerdo comercial UE/Reino Unido ambicioso en enero. De lo contrario, nuestro sector, que está sufriendo los efectos de la crisis COVID, será duramente afectado por un doble impacto". Sigrid de Vries, secretaria general de CLEPA, ha afirmado que "un no-acuerdo interrumpiría la cadena de suministro integrada de automoción y golpearía a la industria en un momento crítico. El impacto se sentirá mucho más allá de las corrientes comerciales bilaterales, traduciéndose en una pérdida de puestos de trabajo y de capacidad de inversión. El sector de la automoción es el mayor inversor privado en I+D de la UE, con 60.000 millones de euros invertidos cada año. Necesitamos un acuerdo que mantenga la competitividad global del sector".
Mike Hawes, director ejecutivo de la asociación británica SMMT, ha manifestado que "las cifras de hoy muestran el impacto devastador que un Brexit sin acuerdo tendría en toda la industria y en los puestos de trabajo y medios de vida que soporta. Las empresas de automoción ya están gestionando una pandemia mundial, la recesión y la necesidad de invertir en tecnologías futuras, por lo que el nuevo golpe de los aranceles y otras barreras comerciales supondrían una catástrofe. Para garantizar que el sector siga siendo competitivo a nivel mundial e impulse el crecimiento, necesitamos que ambas partes colaboren urgentemente para garantizar un acuerdo de libre comercio amplio y que se aplique antes de finales de 2020".
La presidenta de VDA, Hildegard Müller, señala: "La industria automotriz necesita condiciones marco estables y fiables. Sería una gran desventaja para ambas partes que la retirada del Reino Unido terminara con la aplicación de aranceles en el comercio mutuo. Esto pondría en peligro las cadenas de valor estrechamente vinculadas y posiblemente las haría poco rentables. Nuestras empresas miembros tienen más de 100 centros de producción en el Reino Unido. Esperamos que la UE y el Reino Unido continúen su estrecha asociación con un acuerdo de libre comercio amplio".
Thierry Cognet, presidente de CCFA, asegura que "una situación sin acuerdo el 1 de enero de 2021 sería particularmente difícil para los fabricantes. Lo que necesitamos de los negociadores, en un contexto económico ya muy afectado por la crisis COVID, es un acuerdo sustancial que nos proteja de los aranceles, las cuotas y las divergencias regulatorias". Luc Chatel , Presidente de PFA, dijo: "La realidad económica es que tanto los fabricantes como los proveedores se verán muy afectados por un no acuerdo y muchos puestos de trabajo están en juego. Un no-acuerdo sería el peor de todos los resultados".
María Helena Antolin, presidenta de SERNAUTO, manifiesta que "no contar con un acuerdo el 1 de enero de 2021 podría tener serias consecuencias para el sector de componentes de automoción español por el elevado grado de integración de la cadena de valor. Reino Unido representa el 4º destino de las exportaciones de componentes (1.494 millones de euros en 2019) y el acuerdo de libre comercio ha de recoger tanto aspectos comerciales como garantizar la operación en Reino Unido de las empresas españolas en una armonización regulatoria en el futuro”.
El comunicado ha sido firmado por asociaciones de automoción de Europa, España, Francia, Alemania, Reino Unido, Portugal, Rumanía, Eslovenia, República Checa, Italia, Dinamarca, Suecia, Bélgica, Escandinavia, Luxemburgo, Hungría, Países Bajos, Polonia, Irlanda y Eslovaquia.
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